El Parque de Montjuïc, ¡el parque del arte!

Empezamos la ruta sellando el pasaporte Articket en la Fundació Joan Miró, un edificio excepcional del arquitecto Josep Lluís Sert que acoge la colección pública más extensa de pinturas de Joan Miró. Se trata de un espacio singular concebido por el propio artista con la voluntad de hacer accesible a todo el mundo el arte donde podrás realizar un recorrido completo a través de todas las etapas de su trayectoria artística y vital.

No olvides pasar por el Pati Nord, desde donde disfrutarás de una espectacular perspectiva sobre Barcelona. Y si te apetece tomar un bocado, en el restaurante de la fundación encontrarás todo lo que necesitas. ¡Es uno de los pocos restaurantes de la zona!

Pasear al aire libre mientras contemplas obras de arte contemporáneo suena bien, ¿verdad? ¡El Jardí d’Escultures situado junto a la Fundació Joan Miró está pensado precisamente para eso! En 1990 la fundación seleccionó a un grupo de artistas y les encargó crear ocho de las diez esculturas ubicadas actualmente en este jardín. Tómate tu tiempo y disfruta observando en plena naturaleza obras de creadores como Tom Carr, Perejaume y Enric Pladevall.

Para ir al próximo punto baja por las escaleras del Generalife, que se llaman así porque están inspiradas en la arquitectura nazarí del Generalife de Granada.

Aunque por unos segundos creas que te has trasladado a la antigua Grecia, sigues en Barcelona, ¡estás contemplando una obra arquitectónica del siglo xx! En 1929, en el marco de la Exposición Internacional de Barcelona, el Parque de Montjuïc se transforma radicalmente y se convierte en un espacio de ocio para los habitantes de la ciudad. Es entonces cuando se construye, en los terrenos de una antigua cantera, el Teatre Grec.

Cada verano el edificio cobra vida y se convierte en el epicentro del famoso Festival Grec, certamen de teatro que desde 1976 llena de arte y cultura los atardeceres de julio en la ciudad. Si visitas Barcelona en verano, ¡te recomendamos que asistas a alguna de sus funciones!

Tradicionalmente, Montjuïc ha sido un lugar de descanso para la gente de Barcelona, que subía aquí para disfrutar del paisaje y de parajes tan especiales como este. Arrímate a la fuente y enseguida verás que la forma del surtidor se asemeja mucho a la cara de un gato. Ahora ya entiendes por qué se llama así, ¿verdad? Una famosísima canción popular narra el idilio amoroso entre una chica y un soldado en la Font del Gat. Esta canción es tan conocida que la fuente se ha convertido en un lugar emblemático de la ciudad y un símbolo de la cultura catalana. Consulta aquí la letra de la canción o, mejor todavía, pide a cualquier catalán que te la cante, ¡seguro que se la sabe!

Haz una breve parada para ver desde el exterior los jardines y el Palauet Albéniz. El edificio fue construido también en el marco de la Exposición Internacional de 1929, en su caso para acoger a la Casa Real Española. Sin embargo, desde los años treinta recibe el nombre de Palauet Albéniz en honor al músico catalán Isaac Albéniz. Este edificio ha tenido varios usos y actualmente es residencia oficial del jefe de Estado en la ciudad. Fíjate, ¡Montjuïc es incluso vivienda de los máximos dignatarios del Estado!

Desde la Edad Media, Montjuïc se fue llenando de pequeñas iglesias como esta donde la gente se reunía en fiestas señaladas. La ermita de Santa Madrona, originaria del siglo xv, es la única que ha llegado a nuestros días. Se trata de una capilla muy querida por los barceloneses porque durante mucho tiempo custodió las reliquias de Santa Madrona, una de las santas más populares de la historia de la ciudad.

El Museu d’Art Nacional de Catalunya custodia muchas de las piezas de arte religioso de más calidad de la ciudad y de toda Cataluña. Visítalo y entenderás el peso que ha tenido durante muchos siglos la vida religiosa en el país.

El Jardí Botànic Històric es un pequeño tesoro de la jardinería barcelonesa creado en 1930 sobre unas antiguas canteras y que rodea una masía construida con motivo de la Exposición Internacional de 1929. En pocos años reunió una importante muestra de plantas endémicas y excepcionales, y además, ¡posee los árboles más altos de Barcelona!

Adéntrate en este lugar mágico y descubre los paisajes que tanto han inspirado el arte que puedes contemplar en museos como el Museu Nacional d’Art de Catalunya, al que nos dirigimos a continuación.

Sube a la terraza del Museu Nacional d’Art de Catalunya y descansa un rato antes de comenzar la maravillosa visita a la colección del museo con tu Articket. Aprovecha para hidratarte y picar algo en la cafetería mientras contemplas el skyline de Barcelona. Sorprendente, ¿verdad? ¡Es el mejor mirador de la ciudad! Eso sí, no olvides dar un vistazo al edificio de inspiración clasicista que acoge al museo, el Palau Nacional, construido en 1929 como edificio principal del recinto de la Exposición Internacional. En la espectacular Sala Oval se celebró, entre otros actos, ¡la ceremonia inaugural de la exposición, presidida por Alfonso XIII!

Uno de las grandes atracciones de Barcelona son sus edificios medievales y modernistas. Aunque si visitas Montjuïc, descubrirás que la ciudad también cuenta con uno de los edificios más reconocidos del movimiento de la arquitectura moderna. Se trata del Pabellón Alemán, obra que los famosos arquitectos Ludwig Mies Van der Rohe y Lilly Reich realizaron para representar la Alemania de la República de Weimar en la Exposición Internacional de 1929. Aunque se desmanteló tras la exposición, la importancia del edificio es tal que en los años ochenta el Ayuntamiento de Barcelona decidió reconstruirlo en su emplazamiento original. ¡Una decisión de lo más acertada!

La Font Màgica de Montjuïc, epicentro de las cascadas y los estanques artificiales que conectan el Palau Nacional con la plaza de España, es una de los iconos de la ciudad. Construida también con motivo de la Exposición Internacional de 1929, resulta especialmente bonito visitarla por la noche, momento en que se ofrecen las conocidas como coreografías musicales, espectáculo que combina música, agua y luces de colores. ¡No te lo pierdas!

Clica aquí para consultar los horarios de los espectáculos.

Este curiosísimo recinto industrial destaca por su arquitectura en forma de castillo, no solo por las almenas de las fachadas, sino también por las dos torres de agua que sobresalen como si fueran torres del homenaje. Aunque es un edificio industrial, el arquitecto Josep Puig i Cadafalch, uno de los grandes arquitectos del Modernismo catalán, trabajó con mucho esmero la decoración del edificio. Actualmente, esta antigua fábrica es un centro de exposiciones de la Obra Social ”la Caixa”.