Barcelona, ciudad modernista
Barcelona es, sin duda, la capital del Modernismo. Desde el flamante paseo de Gracia hasta el corazón de la ciudad, con esta ruta descubrirás algunos de los edificios modernistas más emblemáticos, pero también espacios menos conocidos que seguro que te sorprenderán.
Sitúate en la parte alta de Jardinets de Gràcia, el bulevar que conecta el barrio de Gràcia con la calle más lujosa de Barcelona, el famoso paseo de Gracia. Observa el edificio de tu derecha, la antigua Casa Fuster, hoy convertida en uno de los hoteles más distinguidos de la ciudad.
En 1908, Marià Fuster, un importante industrial de la época, encargó un edificio al reconocido arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner para convertirlo en su residencia. Fíjate en las fachadas de mármol blanco, en las columnas de piedra rosa y en su tejado, que es un guiño a la arquitectura parisina que tan de moda estaba en la Barcelona de principios del siglo xx. Este edificio lo tiene todo para ser la mejor casa de Jardinets de Gràcia, ¿verdad?
La Casa Milà, más conocida como La Pedrera, fue diseñada por Antoni Gaudí en 1905. La fachada, inspirada en una montaña erosionada por el viento y el agua, revolucionó la Barcelona de la época creando admiradores y detractores por igual. Se dice que incluso algunos vecinos y promotores del paseo de Gracia dejaron de hablarse con la familia Milà. ¡Estaban convencidos de que, por culpa de aquella edificación estrambótica, bajaría el valor de los solares de la zona, entonces en plena construcción! ¿Si fueras un barcelonés de principios del siglo xx, sabrías apreciar el carácter innovador de La Pedrera o piensas que también tú hablarías mal de una de las grandes obras de la arquitectura mundial?
La Fundació Antoni Tàpies está ubicada en un edificio característico del Modernismo industrial que Domènech i Montaner diseñó en 1879 para convertirlo en la sede de la editorial barcelonesa Montaner i Simón.
La escultura Núvol i cadira (Nube y silla), situada en la azotea, pero visible desde la calle, te da la bienvenida a la fundación. Entra y descubre la obra de Tàpies mientras observas el interior de la antigua editorial. ¡No te pierdas la biblioteca, uno de los espacios más emblemáticos del edificio!
Cinco edificios de grandísima calidad situados uno junto al otro en la misma manzana. Tres de ellos fueron construidos por los tres grandes arquitectos modernistas catalanes del momento: en la esquina con la calle Aragó, la Casa Batlló, de Antoni Gaudí; a su lado, la Casa Amatller, de Puig i Cadafalch, y muy cerca de la calle Consell de Cent, la Casa Lleó Morera, de Domènech i Montaner.
El episodio de la mitología griega en que los Dioses deben escoger la más bella de entre Hera, Atenea y Afrodita, y entregarle una manzana dorada, conocida como la manzana de la discordia, ha acabado dando nombre a esta popular manzana del Eixample. Se han escrito ríos de tinta discutiendo sobre cuál de los edificios es el más bello. Sin duda alguna, nosotros entregaríamos la manzana a la ciudad de Barcelona, ¡la gran beneficiada de tanto talento en tan poco espacio!
Fíjate en los bancos-farola realizados con la técnica del trencadís, tan característico del Modernismo, que encontrarás a ambos lados del paseo. Aunque mucha gente los atribuye a Antoni Gaudí, en realidad fueron diseñados por el arquitecto Pere Falqués en 1906. ¡Una curiosa combinación que fusiona creatividad y funcionalidad!
Estás frente a uno de los últimos palacetes familiares conservados en el Eixample. En 1888, el arquitecto Emili Sala i Cortés diseñó este edificio de estilo ecléctico que la familia Elizalde convirtió en residencia y también en sede de su empresa, dedicada a la fabricación de automóviles de lujo y de motores de aviación.
A finales de la década de 1970 se quería demoler el edificio para construir un bloque de viviendas, pero gracias a la presión vecinal el Ayuntamiento compró el edificio para restaurarlo y convertirlo en uno de centros culturales públicos más dinámicos de la ciudad. Es así como hoy todos los barceloneses pueden disfrutar de esta bella construcción y de su jardín interior.
Accede al jardín interior con más encanto del Eixample a través de este angosto pasaje. Una vez dentro, fíjate en la torre circular, hecha en ladrillos, que destaca por su aspecto enigmático. Esta estructura fue un elemento esencial para la urbanización del nuevo barrio del Eixample, que como paradigma de barrio moderno requería del abastecimiento de agua potable de todas las viviendas que se iban a construir allí.
El arquitecto Josep Oriol Mestres, que también es autor de la fachada de la Catedral de Barcelona, creó esta enorme cisterna elevada para el almacenamiento y distribución de agua en el Eixample, conocida como Torre de les Aigües. ¡Aprovecha la tranquilidad este espacio para darte un descanso! No te puedes perder este rincón lleno de historia.
En medio de la ajetreada vida del Eixample encontrarás este pequeño pasaje privado, uno de los más antiguos y mejor conservados del barrio, que evoca la vida reposada de la primera burguesía que lo habitaba. Fíjate en que mantiene incluso las farolas, las rejas de la entrada a las casas y el empedrado original.
Quizás te sorprenderá saber que el Eixample, hoy tan densamente edificado, fue pensado en un principio como ciudad jardín en la que se combinaban grandes edificios y avenidas, como el paseo de Gracia, con espacios verdes y pequeñas edificaciones unifamiliares con un jardincito frontal, como las que todavía quedan en este pasaje. Todo un lujo poder vivir aquí, ¿no te parece?
Si alguna vez has oído que el Modernismo es el estilo artístico del Eixample, es que hay alguien que no ha visitado Ciutat Vella lo suficientemente bien. El Palau de la Música es una de las obras más sorprendentes de Lluís Domènech i Montaner. ¿Te das cuenta de que es el cuarto edificio de este prolífico arquitecto que visitas en esta ruta?
Construido entre 1905 y 1909, el Palau es, sin lugar a dudas, uno de los edificios más joviales y desenfadados del Modernismo barcelonés. Por todos sus rincones encontrarás referencias a la historia de la música catalana y europea, por ejemplo en los bustos de la fachada principal, y constantes alusiones a la naturaleza a través de la decoración con formas de flores. Te recomendamos que visites su magnífico interior. ¡Te asombrará!
Entre el torbellino de las principales calles comerciales puede pasar desapercibido este curioso edificio que Puig i Cadafalch diseñó en 1896 como magnífico homenaje a la arquitectura tradicional catalana. En los bajos se instaló al poco tiempo una cervecería cabaret que, aunque solo estuvo activa seis escasos años, fue uno de los principales núcleos intelectuales del Modernismo. El local, regentado por un antiguo camarero de Le Chat Noir de París, reunió a toda la bohemia y la vanguardia burguesa de la Barcelona del momento.
En sus famosas tertulias participaban habitualmente artistas como Santiago Rusiñol, Ramon Casas y Pablo Picasso, ¡quien realizó en este local ni más ni menos que su primera exposición! Recuerda visitar el Museu Picasso con tu Articket para ver algunas de las obras que expuso aquí y aprovecha también para acercarte al Museu Nacional d’Art de Catalunya, donde encontrarás la obra de algunos de los artistas que vivieron el ambiente de Els Quatre Gats en primera persona. ¡Modernismo en estado puro!