Espacio público, espacio de arte
En Barcelona, el arte sale de los museos y ocupa las calles. ¡Recorre los puntos más emblemáticos de la ciudad en busca de obras que se han convertido en símbolos y que llenan de significado el espacio que las rodea! ¿Estás listo?
Esta gran ola de aluminio negro, obra del escultor vasco Jorge Oteiza (1908-2003), es una de las piezas icónicas de la Colección MACBA. Esta escultura, plenamente integrada en el ambiente alternativo que caracteriza la plaza dels Àngels, reflexiona sobre el poder de la luz y la sombra y su relación con el espacio que ocupa.
Observa cómo el contraste entre el color oscuro de la ola y el blanco intenso del edificio del museo resalta la sinuosidad de la obra. Si te gusta lo que ves, no pierdas la oportunidad de visitar el MACBA con tu Articket; allí encontrarás más esculturas de Oteiza, además de otras obras interesantes de arte contemporáneo.
Aquel mismo año, a petición del museo, el también escultor vasco Eduardo Chillida (1924-2002) crea este gran mural cerámico. Ubicado en la pared medianera del fondo de la plaza, integra el edificio del museo en su entorno, el barrio del Raval. Hay que tener presente que el espacio público tiene gran relevancia en la obra de Chillida, que lo consideraba el único lugar donde cualquiera tiene acceso al arte.
El mural, con una textura entre la escultura y el grabado, es característico de las creaciones más tardías de Chillida, centradas en la investigación de los espacios y el volumen.
Una pareja que forma una tijera intenta cortar la cabeza a una serpiente que agarra una jeringuilla con la cola y persigue a varios personajes. El texto lo dice claro, es el sida, enfermedad que acabaría con la vida del autor del mural, el reconocido artista y activista norteamericano Keith Haring (1958-1990), solo un año después de pintarlo. El color rojo de la obra representa la sangre; los personajes, los métodos anticonceptivos que aplican al animal y el texto “Todos juntos podemos parar el sida” son la esperanza y la fuerza de la lucha contra la enfermedad.
Haring pintó el grafiti en pleno barrio Xino. Para evitar su desaparición, el Ayuntamiento de Barcelona, el MACBA y los responsables de la obra del artista promovieron la realización de un calco del mural, que se ha reproducido en varias ocasiones hasta situarse en el emplazamiento actual.
El patio del CCCB, que en el siglo xix había formado parte de la antigua Casa de la Caridad, acoge actualmente acontecimientos culturales de todo tipo y al mismo tiempo es un espacio donde se encuentran los vecinos del barrio, sobre todo los más jóvenes. Cuando vayas, anímate a participar en el acto que se esté celebrando y aprovecha tu Articket para entrar en el centro, en el que encontrarás interesantes exposiciones sobre varias facetas de la cultura contemporánea.
Fíjate en que el espacio combina la historia con la modernidad más rompedora. Levanta la vista hasta la parte superior de la fachada y contempla cómo Barcelona y el mar se reflejan en el cristal, que actúa de espejo. ¡El arte callejero también puede tomar forma de arquitectura!
Consulta aquí los horarios para visitar el Mirador del CCCB.
Estás pisando la obra que Joan Miró (1893-1983) concibió en 1976 para dar la bienvenida a todos los que llegan a Barcelona por mar. No cabe duda de que ahora estás en el mismísimo centro de la ciudad, pero antiguamente muchos viajeros atracaban en el puerto y caminaban Rambla arriba hasta entrar en el interior de la capital catalana por la puerta de la muralla que estaba situada en este punto. La obra también evoca la relación del artista con el entorno, y es que Joan Miró nació en el pasaje del Crèdit, muy cerca de donde te encuentras.
El mosaico está colocado en el suelo para que cualquiera que pase por aquí lo pise, o dicho de otro modo, lo viva. Las formas circulares y los colores elementales —azul, amarillo y rojo— recogen el lenguaje del artista. No olvides visitar la Fundació Joan Miró con tu Articket; ¡allí descubrirás el universo creativo de uno de los artistas contemporáneos más relevantes del mundo!
¿Ves los frisos del edificio? Son la obra que Pablo Picasso (1881-1973) creó para la sede del Colegio de Arquitectos de Cataluña en 1962. El más emblemático, y también el más visible desde la Plaça Nova, se conoce como Friso de los Gigantes y representa elementos de las fiestas populares. ¿Reconoces los gigantes, los bailes y las palmas del Domingo de Ramos? Acércate a las fachadas de las calles Capellans y Arcs, o entra en la Sala Picasso del COAC, ¡y contempla cuatro frisos más!
Si ver una obra de Picasso al aire libre te parece todo un lujo, prepárate para visitar en la calle Montcada 15-23, a tan solo unos minutos a pie, el Museu Picasso. ¡Imprescindible!
Sí, son 400 fotografías reproducidas en pequeñas teselas de cerámica que, unidas, forman la ya icónica imagen de unos labios besándose. En 2014 se conmemoraban 300 años de la derrota de los catalanes en la Guerra de Sucesión, que supuso la pérdida de derechos y libertades del pueblo catalán. Bajo el lema “Vida libre”, los lectores de un conocido periódico enviaron miles de fotografías que, posteriormente, el fotógrafo Joan Fontcuberta y el ceramista Toni Cumella convertirían en esta fotocomposición. Acércate y observa detalladamente las fotografías. ¿Qué significa vida libre, para ti?
Busca un baúl de hierro sobre un banco. A continuación, echa un vistazo a la parte inferior del resto de bancos del paseo del Born y descubre esculturas, también de hierro, con forma de balas de cañón. Todas estas piezas conforman Born, obra que el célebre escultor barcelonés Jaume Plensa (1955) realizó en 1992 en ocasión de los Juegos Olímpicos. Mientras que el baúl simboliza el pasado gremial y comercial del Born, las balas de cañón hacen referencia a la destrucción del barrio por parte de las tropas borbónicas durante el sitio que se produjo en la ciudad de Barcelona entre 1713 y 1714 durante la Guerra de Sucesión.
Mira el edificio que queda a tu izquierda. Embellecer las paredes medianeras con obras de arte es tendencia en la ciudad, ¿o creías que los murales de Chillida y Keith Haring eran los únicos?
Este caligrama, que dibuja un camino de hormigas, es del poeta vanguardista catalán Joan Salvat-Papasseit, que lo publicó en 1921 en el libro L’irradiador del port i les gavines (El irradiador del puerto y las gaviotas). En 2004 la obra se reproduce en esta pared medianera en el marco del proyecto Mapapoètic y, desde entonces, se ha convertido en un icono del paseo del Born.
El ensamblaje de muebles modernistas que hay en el interior del gran cubo representa las clases acomodadas barcelonesas de la época en que Picasso vivió en la ciudad. Las vigas de hierro que atraviesan el conjunto son un símbolo de la Barcelona industrial, obrera y rebelde. En la parte inferior de la escultura se puede leer claramente “Un quadre no serveix per a decorar un saló, sinó que és una arma d’atac i de defensa contra l’enemic” (Un cuadro no sirve para decorar un salón, sino que es un arma de ataque y de defensa contra el enemigo). Con esta pieza, Antoni Tàpies rinde homenaje al pintor malagueño y a su concepción del arte como elemento con función social. Visita la Fundació Antoni Tàpies con tu Articket y descubre la obra del artista, ¡seguro que te sorprenderá!
Mira atentamente la escultura que hay en el centro del estanque. Es una de las obras más conocidas de Josep Llimona, considerado el mejor escultor del Modernismo catalán. En 1907, Llimona esculpe la figura de una mujer desnuda saliendo del bloque de mármol, como en las esculturas renacentistas, y con la cabellera cubriéndole el rostro. La pieza es delicada y transmite melancolía, soledad y, como bien indica su nombre, desconsuelo. Se trata de una copia, pero si sellas tu pasaporte Articket en el Museu d’Art Nacional de Catalunya, ¡podrás ver su original!
