Articket es mucho más que el pasaporte del arte. Es un proyecto colaborativo que surgió hace 25 años de la unión de fuerzas de los equipos de los principales museos de Barcelona con el objetivo de acercar el arte a todo el mundo. Entrevistamos a dos de sus fundadoras, Dolors Ricart y Tere Pérez, que hace un cuarto de siglo tuvieron la visión de impulsar el proyecto Articket.
¿Recordáis los inicios del grupo Articket? ¿Cómo surgió la idea de cooperar juntos y cuáles fueron sus primeros pasos?
DR. Articket es la iniciativa surgida de un grupo de gerentes de museos de arte de Barcelona (MNAC, MACBA, Fundació Joan Miró, Fundació Antoni Tàpies y CCCB), que hace más de 25 años tuvo el acierto de crear un grupo de trabajo para analizar los problemas que les eran comunes, y así potenciarse mutuamente en busca de soluciones. Enseguida se vio que el espíritu de ese grupo animaba a compartir, cada vez más, cuestiones sobre la gestión de los museos que preocupaban en aquellos años. Lo cierto es que se convirtió en un equipo muy cohesionado, que destilaba transparencia y complicidad, y quebró con el aislamiento que, a menudo, acompañaba la gestión de los equipamientos culturales.
La estructura y el espíritu del Articket establecía que todos los museos que formaban parte del mismo tuvieran interés en el éxito del producto: porque el museo que vendía el Articket, ingresaba el precio de su entrada, y el resto se repartía entre todos sus miembros –incluido el que lo había vendido– del Articket. De modo que, cuando vendíamos un Articket, estábamos promocionando, no sólo nuestro museo, sino también todos los demás. Ésta es, pienso yo, la fortaleza del producto. Los que más venden no pierden ingresos y potencian los visitantes y los ingresos en el resto de museos.
TP. Estábamos a punto de entrar en el siglo XXI y estaban de moda los tickets conjuntos. Teníamos claro que necesitábamos pensar en el caso de Barcelona. Inicialmente éramos 5 centros con características diferentes que teníamos una fuerza en el mundo cultural. Así empezó: como una venta de entradas conjuntas, posibilidad económica y de gestión.
¿Creéis que la presencia mayoritaria de mujeres en el equipo ha marcado su talante?
DR. Inicialmente, cuando se creó el grupo de gerentes de esos museos, la mayoría eran hombres. Al cabo de los años, el Museu Picasso también se incorporó al grupo de trabajo y se integró en la propuesta de la multientrada, y muy pronto, más mujeres fueron ocupando el cargo de gerentes de algunos de esos museos. Pienso que en la configuración del concepto Articket no hubo una presencia mayoritaria de mujeres, pero sí en su desarrollo a lo largo de los años. Porque, a partir del grupo de gerentes, se creó también un grupo de Comunicación de los museos que integraban el Articket, y aquí sí que las mujeres fueron mayoritarias, y muy activas y con muchas ideas, que con mucho acierto y creatividad fueron puliendo el producto, haciéndolo llegar cada vez más lejos, con campañas de comunicación fantásticas.
TP. Seguramente que el equipo fuera femenino tuvo una relevancia en su personalidad pero nos hacía mucha ilusión contar con nosotros con personalidades como la de Manel Foraster o la de Manel Baena.
Dolors Ricart: Momentos, en 25 años, ha habido muchos. El momento más emotivo, es justamente poder celebrar este aniversario con un Articket lleno de vida y con un gran potencial de futuro.
¿Qué ha sido lo más difícil en estos 25 años? Algún reto o escollo para sacar adelante el proyecto, por ejemplo.
DR. Bien, la dificultad era darle visibilidad al Articket, de modo que se fuera consolidando como una multientrada con una ventaja económica interesante que diera acceso a los mejores museos de arte de Barcelona, y que se pudiera adquirir tanto en el país origen de los visitantes, como en la sede de cada museo. Se trabajó mucho en su diseño para hacerlo atractivo, y hace unos años se decidió que iba a ser un pasaporte, facilitando su venta on line de forma rápida y segura. Creo que hoy podemos decir que celebrar su 25 aniversario, nos dice que ha sido una iniciativa de éxito que todo el mundo conoce. Y se ha realizado desde la voluntad de una serie de museos, públicos y privados, que han trabajado para dar forma a una atractiva propuesta cultural.
TP. Como todo proyecto ha tenido idas y venidas. Debíamos consensuar logos, propuestas, fue de gran ayuda que un profesional externo ayudara al grupo en su día a día.
¿Recordáis algún momento especial vinculado a Articket? Una anécdota divertida, un momento emotivo, una persona especial…
DR. Momentos, en 25 años, ha habido muchos. El momento más emotivo, es justamente poder celebrar este aniversario con un Articket lleno de vida y con un gran potencial de futuro.
TP. Comentaré dos momentos: el encuentro en Madrid con el Paseo del Arte, con museos como Museo del Prado, el Reina Sofía y Thyssen. Ellos no disponían de una red como la nuestra y pusieron en valor esta forma de trabajar. El segundo es la jornada en la Pedrera sobre accesibilidad. El MoMA en el proyecto Meet Me decidió presentar las visitas para personas con Alzheimer que organizaban. No pensaba que fuera posible y me aportó personalmente a crear actividades en las que todavía estoy trabajando en la actualidad.
Desde vuestra experiencia, ¿tenéis algún consejo para encarar el futuro de Articket?
DR. El consejo para seguir fortaleciendo y extendiendo el Articket es que se pueda conseguir que no sea un producto sólo para turistas, sino que sea adquirido, también, por el público local, al que objetivamente le puede interesar mucho poder acceder a todos los museos del Articket con un descuento importante. Es como un compromiso que el visitante adquiere con los más importantes museos de arte de Barcelona, de modo que pueda estar al corriente de sus exposiciones durante todo el año. Los museos de Articket corresponderán a este compromiso con exposiciones de gran interés, que cubren un abanico muy amplio de posibilidades. Pensamos que los integrantes son: un Museo Nacional, con los tesoros del arte catalán, un CCCB con propuestas de gran rigor y actualidad para entender el mundo que nos rodea, el Museo de Arte Contemporáneo de la ciudad, con una gran colección y múltiples propuestas estimulantes, y los tres museos monográficos de la ciudad: el Museu Picasso, la Fundació Joan Miró y la Fundació Antoni Tàpies, que son una realidad única en el mundo! Éste sería mi deseo. Un Articket para cada uno para poder vivir de cerca todo lo que proponen estos seis centros de arte de Barcelona, generando lo que podría ser la Comunidad Articket donde todo el mundo, turista o público local, se pueda sentir vinculado y cercano a éstos museos.
TP. Sería interesante también recuperar las jornadas que nos ayudaban a pensar en nuestro trabajo y que eran extensibles a los demás compañeros de museos y centros de arte. Felicitar a Articket por su recorrido y a todas las personas que lo han hecho posible.